Apagar las luces cuando no estás en la habitación, apagar los electrodomésticos cuando no los estás usando… con simples ajustes en nuestros hábitos diarios podemos ahorrar una cantidad significativa de energía y toneladas de CO2 todos los días.
Sin embargo, cuando se habla de cambios de comportamiento, el termostato es uno de los instrumentos más importantes para ayudar a ahorrar energía, ya que la calefacción y la refrigeración representan entre el 40 y el 50 % del consumo de energía del hogar.
Las medidas de ahorro energético se vienen promoviendo desde hace tiempo. En un esfuerzo por combatir la actual crisis energética y reducir la dependencia del suministro de gas, varios gobiernos recomiendan incluso una temperatura interior máxima de 19 °C.
En sus Directrices sobre Vivienda y Salud, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere una temperatura ambiente básica de 18 °C para las personas sanas y adecuadamente vestidas. Sin embargo, para niños muy pequeños, ancianos y personas enfermas, la temperatura ambiente sugerida es de 20 °C. Estas directrices, con las que se puede estar más o menos de acuerdo, señalan que 19 °C sigue siendo una temperatura suficiente para un confort climático interior óptimo. Lo cierto es que bajar el termostato sólo 1 o 2 °C tiene un impacto sustancial en la cantidad de energía utilizada y puede ayudar a reducir la factura energética hasta un 10%.
Los dos tipos de termostatos que es más probable que tenga son los termostatos de ambiente y los termostatos de radiador. Al usarlos para controlar de manera eficiente la calefacción y la refrigeración, es fácil disfrutar de la comodidad interior mientras se ahorra energía y se ayuda al medio ambiente. Veamos cómo cada tipo de termostato puede ayudar a ahorrar energía.
Es importante recordar, incluso antes de conectar el termostato ambiente, que debe instalarse en un lugar adecuado. Por lo general, se recomienda montarlo en una pared interior, a 1,5 metros del suelo y alejado de la luz solar directa. Asegúrese también de que el dispositivo no esté bloqueado por cortinas o muebles ni instalado cerca de una fuente de calor. Estas pautas ayudarán a garantizar que el termostato pueda obtener una lectura precisa de la temperatura de la habitación.
Una vez instalado, regularás el termostato entre 18 y 21 °C, o 23 °C si hay personas mayores o niños muy pequeños en la habitación. Si es más alta, hará un calor incómodo. Si subes el termostato, no calentarás la habitación más deprisa, sino que la mantendrás encendida más tiempo, desperdiciarás energía y harás que la habitación se caliente demasiado. En cambio, bajar el termostato puede ahorrar dinero y energía. Por la noche, por ejemplo, puedes bajar fácilmente la temperatura de 2 a 3 °C. Para las habitaciones que no se utilizan a menudo o cuando se sale de casa durante un largo periodo de tiempo, lo mejor es mantener un mínimo de 14 a 15 °C. Una temperatura más baja podría provocar humedad, condensación, moho o daños en el edificio.
Los termostatos de radiador ayudan a mantener una habitación a la temperatura deseada. A diferencia de un termostato de ambiente que controla la caldera, una válvula termostática de radiador (TRV) controla el flujo de agua caliente a través del radiador en el que está instalada. Un sensor dentro del termostato del radiador controla la temperatura del aire y reduce o aumenta el flujo de agua dependiendo de si la temperatura ambiente es más alta o más baja que la configuración TRV. Al igual que con un termostato de ambiente, es importante no bloquear ni cubrir el termostato con cortinas, muebles, ropa, etc. De esta manera, el aire a su alrededor puede fluir libremente y está seguro de obtener una lectura precisa de la temperatura ambiente.
Si hay varios radiadores en una sola habitación, asegúrese de configurar todos los termostatos de los radiadores al mismo nivel para un control de temperatura eficiente desde el punto de vista energético (3 o 4 en habitaciones que usa con frecuencia, más bajo en dormitorios y habitaciones que usa menos) . Bajar o apagar uno de los termostatos no ahorrará energía, ya que los otros radiadores tendrán que trabajar más y el calor no se distribuirá de manera uniforme. Cuando el calor se distribuye uniformemente, es más fácil bajar la temperatura de la habitación y aún sentir calor.
Si quiere saber más sobre cómo ahorrar energía con nuestras distintas soluciones de confort climático, no dude en ponerse en contacto con nosotros. Estaremos encantados de responder a sus preguntas y ofrecerle asesoramiento personalizado.