La escasa calidad del aire interior, las corrientes de aire y las variaciones de frío o calor son problemas bien conocidos en las aulas escolares. Desde hace años, estos problemas tienen efectos profundos en los resultados del aprendizaje, en el confort diario y en la salud de los estudiantes de todo el mundo.
En los últimos meses, la búsqueda de la mejor solución para limitar la posibilidad de contagio del COVID-19 en el interior de las escuelas ha sido uno de los temas al centro de la atención de la opinión pública, pero sólo recientemente se ha empezado a hablar de un sistema capaz de contribuir concretamente a esto: la Ventilación Mecánica Controlada..
¡La calidad del aire en las aulas merece atención profesional!
En los colegios, en las universidades y en todos los centros de enseñanza, es importante que las soluciones adoptadas para la calefacción y la refrigeración sean silenciosas, eficientes desde el punto de vista energético, con controles termostáticos rápidos y fiables. Un edificio escolar es muy dinámico en términos de calefacción.
El uso regular, las aulas vacías por la noche y los fines de semana, y las cargas de calor elevadas y que cambian rápidamente en los días feriados, exigen respuestas rápidas por parte del sistema de calefacción. Mantener un aula fresca también puede representar un reto. La ventilación de las ventanas debería utilizarse siempre que sea posible: por ejemplo, durante los descansos, cuando no está disponible la ventilación mecánica. Sin embargo, la ventilación de las ventanas no proporciona una eficiente refrigeración y ventilación suficiente. En este caso, es necesario recurrir a la refrigeración mecánica. La demanda de potencia de refrigeración puede ser sin embargo muy alta en las aulas, con un máximo de 200 W por m2 de superficie.
Para vivir cómodamente, cada persona necesita aproximadamente 500 litros de aire fresco cada hora. Por tanto, además de la calefacción y el refrescamiento, es esencial proporcionar en estos lugares también una ventilación adecuada que pueda garantizar a los ocupantes un ambiente salubre y acogedor. En cada aula se requiere ventilación o aire fresco del exterior. Altos niveles de anhídrido carbónico influyen en la concentración y en la capacidad de aprendizaje. Además, debido a la carga de humedad provocada por la respiración y por el sudor humano - 30 personas producen aproximadamente 1,5 l/h de vapor de agua - la humedad debe eliminarse mediante ventilación o deshumidificación.
Una ventilación adecuada sólo puede obtenerse con sistemas mecánicos. Estos incluyen la ventilación mecánica o bidireccional y la descarga mecánica o la ventilación unidireccional. El problema de las transmisiones y pérdidas de calor se intensifica sobre todo en los edificios escolares más antiguos, sujetos a la denominada ventilación natural, es decir, la apertura de ventanas. El edificio debe estar equipado por lo tanto de un sistema adecuado de intercambio de aire de alta eficiencia, junto con un sistema de climatización que permita mantener una temperatura media de aproximadamente 20 °C en invierno y entre 24 y 26 °C en verano.
La evolución del clima y el contexto normativo orientado al ahorro energético están imponiendo también a los centros escolares sistemas de climatización de nueva generación, aptos tanto para los servicios de verano y los de invierno. La calidad del aire en los ambientes internos (IAQ) es un parámetro muy importante, sobre todo considerando las implicaciones prácticas que contaminantes y alérgenos pueden tener particularmente en los niños, que son más vulnerables debido a un sistema inmunitario que aún no es capaz de responder a las agresiones externas. La mayor parte de los estudiantes en Italia están expuestos al polvo fino en concentraciones muy superiores a los valores por metro cúbico establecidos por la OMS como umbral de peligro.
Los buenos hábitos ayudan, pero solos no son suficientes.
Por supuesto, las soluciones no son únicas, pero consideramos que es importante distinguir el caso de la construcción de nuevos edificios escolares del caso de la remodelación y adaptación reglamentaria de edificios existentes.
En el caso de los edificios nuevos, la solución ideal está ciertamente representada por los sistemas de calefacción y refrescamiento radiante, en la mayoría de los casos instalados en el suelo. El agua que fluye a través de los tubos sumergidos en la solera de cemento calentará o enfriará el suelo que a su vez mantendrá las condiciones de confort requeridas dentro de cada ambiente.
Un diseño adecuado de este sistema, con el correspondiente cálculo de los sistemas de control de la humedad, permite el máximo confort, distribuido uniformemente por toda la superficie, incluso durante el periodo estival.
Como ya se sabe, el sistema por suelo funciona a temperaturas relativamente bajas, lo que permite aprovechar al máximo la eficacia de las bombas de calor, que pueden combinarse con sistemas fotovoltaicos, para garantizar consumos mínimos durante todo el año.
En el caso de un edificio nuevo, el intercambio de aire debe realizarse con un sistema canalizado y un relativo recuperador de calor de alta eficiencia.
Tal sistema hace que la energía (calor en invierno y frío en verano) contenida en el aire de salida se transfiera desde el aire entrante a través de finas membranas que impiden que los dos flujos de aire se mezclen.
El contexto escolástico, estabilizado desde hace décadas, desde el punto de vista arquitectónico representa el principal vínculo para las soluciones técnicas aplicables y a menudo, impone la búsqueda de alternativas válidas a los métodos de instalación usuales.
Los generadores son, en la mayoría de los casos, calderas que pueden sustituirse por enfriadores de agua reversibles con bomba de calor aprovechando, si es posible, las mismas centrales térmicas o encontrando espacios exteriores adecuados para la instalación de las nuevas unidades. Ventilconvectores, a menudo inadecuados para el refrescamiento, deben sustituirse por modelos modernos y silenciosos, dotados de motor sin escobillas, evaluando la mejor solución para la descarga de condensación tanto en el caso de los ventilconvectores como en el caso de unidades de tratamiento de aire canalizadas.
El beneficio de este tipo de intervención es, seguramente, una mejor calidad del aire combinada con un mejor confort, especialmente en los primeros y últimos meses del año escolar, cuando se requiere refrescamiento.
Emmeti SPA ha participado en la reconstrucción de la escuela infantil Benedetto Costa, afectada por un grave terremoto en el 2016.
Es la sonrisa de los niños que asistirán a este nuevo jardín de infancia "Benedetto Costa" de Sarnano, la mejor imagen para representar el regreso a la normalidad y para contar la fuerza de una comunidad herida que se pone en pie y vuelve a empezar. La inauguración de esta escuela, amarilla y soleada, es un bello momento que demuestra cómo, en medio de infinitas dificultades, sea posible reconstruir y regresar a la vida partiendo de los lugares más queridos, los dedicados a las generaciones más jóvenes que son el corazón de la vida social. Construido en un tiempo récord, modelo de referencia para las obras públicas, el edificio escolar se diseñó con criterios antisísmicos de vanguardia, sostenible desde el punto de vista ambiental y ejemplo de autosuficiencia desde el punto de vista energético.
El 24 de agosto de 2016, el centro de Italia, en particular la provincia de Macerata (Región de Marche), fue golpeada por un terremoto.
En la Región Autónoma Friuli Venezia Giulia, donde tiene su sede Emmeti, comenzaron inmediatamente los trabajos de reconstrucción de la Escuela Infantil Benedetto Costa, con Emmeti jugando un papel activo.